domingo, 29 de agosto de 2010

me separé

Me separé de quien pensé que sería el amor de mi vida. Me equivoqué. Feo y mal. Varias fueron las sensaciones o emociones que me embargaron. En principio, dolor por la pérdida.
Yo creí que me amaba.
La partida, fría, calculada e intempestiva me dió la pauta que no era así. Mis sentimientos no eran correspondidos.
Entiendo la desesperación de quien está colgado del hilo de una telaraña, porque a los 51 años no ha podido llegar a construir nada y llega a ese punto con nada mas que la ropa de un bolso, una caja de libros y una de herramientas.
Lo que no entiendo es su alienación de todo.
Alienado de sus hijas, con quienes apenas intercambiaba mensajitos o chateaba.
Alienado de su único hermano y familia.
Alienado de mí, del hogar y la contención de familia que le dí.
Pasan las horas y descubro mas cosas. De corazón le regalé cosas. Las voy encontrando. Las dejó. Me parece ridículo, penoso y triste.
Sobre todo porque está solo en la declinación de su existencia.
Pobre de él.
Pobre porque su alma está vacía de sentimientos.
Pobre porque su espíritu está vacío también y ni siquiera llegó a percibir el amor que recibía de mí y del alma pura de Jeremias.
Pobre Jorge.
Es demasiado perder tanto en la vida y que los dolores de las pérdidas sean solo eso, dolores, y que no te permitan crecer.
Chau, chiquito Jorge.
pd: me doy cuenta que ni siquiera tenia capacidad de abrazar a un niño? ? (y solo veo una foto)

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