domingo, 29 de agosto de 2010

confieso que he pecado. . .

El sábado pasado preparé un domingo casi de cotillón, para pasar un dia distinto con Jeremías. El domingo, maldito sea, nos levantamos con una persistente llovizna. Sin importar, allá marchamos a sentarnos a un bar a tomar un jugo con un tostado de jamon y queso, mientras miraba algo de deportes en la tele del boliche. Volvimos, almorzamos y al despuntar un rayo de sol, allá salimos, bici en remis, un tere y a la costanera! Me dió el alegrón de mostrarme que andaba sin las rueditas!

Volvimos y a la tarde hicimos tareas escolares, sin ningún tipo de inconvenientes.
Por que describo un día así de idílico?
Pues porque hoy, al volver de la escuela, golpeé a Jeremías con la ojota y por la cola.
Nuevamente no copió la tarea y estoy casi segura que tampoco trabajo en clase.
Lloré y sigo llorando al teclear.
Me jode, me enferma, me molesta, me fastidia, me dá tirria, me picha, me duele terriblemente!!
Sé perfectamente que Jere no es un niño modelo porque estaria enfermo.
Pero me complica terriblemente la vida su actitud escolar.
Ahora, veamos, él en casa y conmigo, trabaja, escribe al dictado, copia, suma, resta, subraya como el alumno perfecto.
Hace meses que la psicopedagoga y yo hablamos estérilmente del tema.
No tiene problemas de aprendizaje ni de conducta.
Su problema y el de varios co equippers es la falta de hábitos de orden, la falta de reglas de urbanidad y conducta en el aula.
Esta absolutamente claro para TODAS las madres con las que he hablado.
Digo yo, es justo que castigue a mi hijo, porque la "mae" jamas tuvo noción de imponer hábitos de orden, reglas de urbanidad y pautas de conducta en el aula?
Es justo que yo que defiendo dichos valores como maestra jardinera que soy, tenga que castigar a mi hijo por la impericia, la falta de experiencia, o de ganas, de su "mae"??
Si, ya sé. No debería haberle pegado. Pero tambien debo hacerle saber, que lo que no hace (porque no aprendió, no tiene el hábito) está mal y por ello, liga. . . . .
Mea culpa tambien. . . . Pero el dolor y las lagrimas no cesan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario