domingo, 29 de agosto de 2010

comun y corriente

Y para rematar, mujer. Nada mas que eso. O quizás todo eso. A que viene todo este discurrir? pues que estoy nuevamente ante una ruptura de pareja. A lo mejor no debería ver desde este punto, sino desde cómo construyo una pareja, para que no me dure mas que un suspiro en el viento.

Sé que siempre doy lo mejor de mí. Sé que siempre me involucro, me muestro exactamente tal cual soy, con virtudes y defectos, con aciertos y con errores.
Hay veces que pienso que es la maldición del padre de mi hijo, quien cuando iba saliendo de esta casa, de mi casa, me dijo "nunca vas a tener a nadie, porque ya estas vieja, fea, gorda y enferma". Hoy me siento asi.
Ahora veamos la contraparte masculina. A los cincuenta y un años, con una mano atrás y otra adelante, se puede dejar un trabajo firme, dejar una casa para venir "por amor" a mil quinientos kilómetros de distancia, a pretender conseguir un trabajo on line? Yo no lo hubiera hecho. Ni por amor. El amor deja de existir si es uno el que se parte el alma trabajando y el otro no. No existe el "contigo pan y cebolla".
Lo que tampoco entiendo es la falta de consideración, pero eso es tema de una sesión de terapia, directamente.
Jamás recibí, en esta putísima vida, ni siquiera el diez por ciento de lo que he dado. Alguien me puede explicar por qué? Que tengo yo? Cara de perra autosuficiente?
Pues que se sepa. No lo soy. A pesar de la pinta de poder comerme los vientos y resolver problemas propios y ajenos, sí necesito mimos, caricias, aprobación, felicitaciones, y todas esas estupideces que aquellas que portan la auténtica cara de "puta boba" reciben a raudales. No porque se lo merezcan sino porque son, detras de esa carita de chihuahua amanecido en la tormenta, unas verdaderas perras calculadoras

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