domingo, 29 de agosto de 2010

limites (1° parte)

¿Los niños perdieron los límites, o los adultos los relajamos?, ¿y ahora que vemos que la cuestión se ha desbandado nos dá el ataque de desesperación?

La lucha es constante.
Me doy cuenta que existe un pequeño dictador en Jeremías, y que aparece constantemente obligándome a practicar esgrima, y a gastar ríos de saliva dejando en claro que me doy cuenta de las manipulaciones a las que me veo sometida. Eso le genera un poquito de vergüenza, mas nada, pero absolutamente nada de cargo de conciencia.
Esta con una terrible gripe y mucha tos. Pues aprovecha esa contingencia, para desde un “terrible ataque de tos” dejar de comer una tarta de acelga, relevarse a sí mismo de la responsabilidad de dar de comer a los gatos.
Otra conducta que apareció y me preocupa mucho al punto de haberle mostrado fotos descarnadas sobre la bulimia, es que habiendo comido algo que no le gusta, no sé si por la misma tos o descaradamente adrede, LO VOMITA.
Toda vez que se intente una conversación, pregunta con ojos redondos “¿por que a mi nadie me dá bola?”
Considero que otra de sus formas de llamar la atención y centrar a todo el mundo sobre sí es el hecho de no copiar la tarea en la escuela. Esté en este momento en manos de un psicopedagogo. Espero las entrevistas y el diagnóstico.
Ruego a Dios haber tenido la suerte de elegir a alguien centrado y poco seguidor de “modas”.
Esto acá no termina. Sigue. Y vá para largo me parece. . .

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